La intolerancia a la lactosa es un problema que afecta a muchas personas, pero autodiagnosticarse esta condición puede ser peligroso. La experta Marta Goñi, del Departamento Científico de Cinfa, advierte sobre los riesgos de dejar de consumir lácteos sin la supervisión adecuada, lo que puede llevar a deficiencias nutricionales importantes.
Puntos Clave
La intolerancia a la lactosa se produce por la falta de lactasa, la enzima que descompone la lactosa.
Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, diarrea y náuseas, y pueden confundirse con otras patologías.
Es fundamental que un especialista realice el diagnóstico y determine el grado de intolerancia.
La exclusión de lácteos debe ser compensada con alimentos ricos en calcio y otros nutrientes.
¿Qué Es La Intolerancia A La Lactosa?
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad del intestino para digerir la lactosa, un azúcar presente en la leche y sus derivados. Esto ocurre cuando el cuerpo no produce suficiente lactasa, la enzima responsable de descomponer la lactosa en azúcares más simples.
Los síntomas típicos de esta condición suelen aparecer entre 30 minutos y 2 horas después de consumir productos lácteos. Estos pueden incluir:
Dolor e hinchazón abdominal
Diarrea
Flatulencias
Retortijones
Vómitos
Náuseas
Los síntomas generalmente desaparecen entre 3 y 6 horas después de la ingestión.
La Importancia Del Diagnóstico Profesional
Marta Goñi enfatiza que no todas las personas con problemas para digerir la lactosa experimentan el mismo grado de intolerancia. Algunas pueden tolerar pequeñas cantidades de lácteos, mientras que otras pueden tener reacciones adversas incluso con cantidades mínimas.
Por ello, es crucial que un especialista realice las pruebas necesarias para diagnosticar la intolerancia y prescriba el tratamiento adecuado. Esto puede incluir la eliminación parcial o total de los lácteos de la dieta, dependiendo del grado de intolerancia del paciente.
Alternativas Nutricionales
Si se diagnostica intolerancia a la lactosa, es esencial compensar la falta de lácteos con otros alimentos ricos en calcio y nutrientes. Algunas opciones recomendadas incluyen:
Verduras: Espinacas, acelgas, brócoli.
Legumbres: Judías blancas, lentejas, garbanzos.
Pescados: Sardinas, salmón, lenguado.
Otros: Gambas, yemas de huevo, frutos secos (excepto castañas).
Consejos Para Una Alimentación Saludable
Para prevenir y mitigar los síntomas de la intolerancia a la lactosa, se recomienda:
Conocer los alimentos que contienen lactosa, que no solo se encuentra en la leche, sino también en productos industriales como salchichas, patés, margarinas, helados y salsas.
Leer las etiquetas de los productos para identificar la presencia de lactosa y otros alérgenos.
Optar por lácteos sin lactosa y considerar complementos nutricionales de lactasa o probióticos.
Prestar atención a los medicamentos, ya que un porcentaje significativo de ellos contiene lactosa como excipiente.
Conclusión
El autodiagnóstico de la intolerancia a la lactosa puede llevar a decisiones alimenticias perjudiciales. Es fundamental buscar la orientación de un profesional de la salud para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado que garantice una nutrición equilibrada y saludable.